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viernes, 9 de abril de 2010

Mi cama es tibia y otras pequeñas cosas

Un día cualquiera de la semana pasada abrí la puerta del cuarto de mi hijo para despertarlo para ir a la escuela.
Le dije Steven “ya es hora de levantarse” y su respuesta fue “ mi cama es tibia”.
No pude más que sonreír a la respuesta y me quede pensando en ella. !Cómo se nos va la vida! sin valorar aquellas pequeñísimas cosas que nos hacen agradable la vida.

Mi cama es tibia.
Todos hemos disfrutado de esa sensación; muchas veces ha sido casi una guerra desprendernos de las cobijas, tal parece que la cama nos amarra.

En nuestro diario trajinar hay un sinfín de cosas maravillosa que nos rodean, que nos miman, que nos hacen la vida placentera, y en ese ámbito de pequeñas cosas maravillosas lo único que está fallando es nuestra atención.

Sufrimos de falta de atención.

Parece como si estavieramos programados a concentramos en las cosas menos importantes, en los defectos, en las cosas negativas. ¿Cuándo fue que adquirimos esa programación?

De niños nada parecía molestarnos, lo único importante era jugar y disfrutar de las pequeñas cosas que en ese entonces eran súper importantes.

Recuerdo cuando mis hijos tenían tres y dos añitos respectivamente, íbamos a caminar alrededor del vecindario, y en una casa había una pequeña estatua, (tan grande como ellos), era un borrachito recostado a un farol y todo los días era obligación parar a conversar con el borrachito, muchos besos que se quedaron en esa estatura de piedra.

Si por casualidad pasaba alguien con un perro, era otra parada obligatoria, había que acariciar el perro, y si el perro movía la cola o les daba besos, era todo risas.
Todo charco en el camino tenía un imán, no habia manera de evitar meterse en él.

Cualquier mariposa que pasara se los llevaba enredados en las alas;

!Qué increiblemente fácil es ser feliz!.

Recuerdo cuando mi hijo David tenía 6 añitos, estaba en primero de primaria y un dia en que estábamos haciendo una tarea, él estaba de mal humor; al pregunte el por qué de su actitud, su respuesta fue “ porque estas malgastándo mi tiempo de jugar”

¿Por qué los adultos olvidamos un principio tan importante?

Por sobre todas las cosas, para los niños jugar es lo más importante; Porque cuando juegan su imaginación vuela, son libres de crear, de correr contra el viento y sentir su caricia, son libres de proyectar y crear su futuro.

Recuerdo cuando yo era niña (6-8 años) tenía un montón de frascos pequeños llenos de agua con papeles de colores, era mi laboratorio y jugaba a que le entregaba los resultados a mis pacientes en otra lengua, estaba programando mi futuro, y eso termine haciendo, vine a América y trabajo en laboratorio clínico. (la ley de la atracción o estamos predestinados, ¿quien sabe la respuesta?)

Falta de atención, esa es la causa de nuestros males, estamos distraídos de la pequeñas cosas que nos dan placeres invaluables, y para muestra un botón

¿Cuántas veces en la última semana de detuviste un minuto para respirar en la brisa?

¿ Cuántas veces sonreíste al sentir la calidez de la brisa jugando con tu pelo?



¿Cuántas veces te paraste por tan sólo 2 minutos para observar un atardecer?







¿Cuántas veces descubriste una galaxia en el techo de tu cocina?







¿Cuántas duchas calientitas disfrutaste en los últimos días?
¿Cuántas veces te sentaste a tomarte una leche o un chocolate caliente cerca del hogar?

¿Cuántas veces te tomaste unos minutos para aspirar el aroma de tu café?
¿Cuántas veces miraste a las estrellas en las siete noches pasadas?



Cuantas vesces te paraste al lado del camino a admirar el paisaje?






¿Cuánto tiempo hace que no tomas una caminata bajo el tibio sol de la mañana?





¿Cuándo fue la última vez trajiste flores a tu mesa?




¿Cuándo fue la última vez que abrazaste a la abuela?


¿Cuál fue la última tontería que dijiste que te hizo compartir una risa?








¿Cuándo fue la última vez que les dijiste “te quiero” a aquello que de verdad te importan?


¿Cuál fue la última vez que te permitiste admirar el cantar de los pajaritos allí afuera?

¿Has notado ultimamente el calmante repiqueteo de la lluvia sobre el techo?

Si no puedes recordar cuál fue la última vez que prestaste atención a ésas pequeñas cosas, te estás perdiendo la celebración da gala de la creación que se sucede a cada instante.

Cambia el canal, sintoniza mejor tus sentidos, respira en luz, saborea la brisa, agradece tu cama calientita.

He ahí una palabra clave “Agradece” agradece cada cosa y a cada instante.

Facundo Cabral dice “No estás deprimido, estas distraído de la vida que te puebla” y no podría estar más de acuerdo. Yo he sufrido depresión por mucho tiempo y finalmente he madurado, estoy cambiando de táctica, estoy poniendo atención a las pequeñas cosas bellas, que me rodean, que me hacen ser feliz.


Mi consejo para esta semana: Cambia de canal, sintonízate con tu entorno y descubre las cosas bellas que están allí solo para tus ojos.

1 comentario:

antonio dijo...

Hola Libia!
Tienes razón, en los pequeños detalles se encuentra la esencia de la vida.
También creo que es importante no perder la inocencia,los adultos la perdemos con facilidad.

Saludos!