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miércoles, 30 de junio de 2010

Gracias a ti, Madre Tierra

 








The Brook Watercolor

Cuando en días como este,
 en que el sol  viste la mañana de fiesta;
cuando la brisa que juega con la hojas
hace de las sombras de los árboles,  un  rompecabezas;
Me siento aquí, bajo la sombra de un árbol amigo,
y veo el mundo desprevenido pasar ante mi huerta;
brota entonces de mi corazón un himno de tres palabras
“Gracias  a ti, madre Tierra”

Gracias por concederme estar aquí
y   disfrutar de la cotidiana maravilla;
por el invierno: gestación de sueños,
por las rosas y el jazmín   aromando en primavera
por el verano con sus noches tachonadas de estrellas
o  el dorado hermoso de otoño en acuarela.

El azul claro extendido a lo ancho de tu cielo
se  parece a  mi libertad  sin orígenes
 sin  tachones, sin cercos y sin  fronteras.

Gracias por el horizonte abierto,
el mar, el espacio y mi parcela,
Gracias por la hierba, el árbol, el agua,
mis hijos, mis amigos, mi compañero.

Gracias por esta alma mía que respira de tu aire,
Y hunde sus raíces ansiosas en tu suelo
Para nutrirse de ti, Oh madre tierra.

No  necesito otra razón para estar contenta,
Estoy viva y estoy feliz de serlo.

Estoy feliz de  respirar, mirar,  oír, danzar y de cantar,

“estoy viva  y soy feliz  de poder gritárselo  al viento.

©Libia A Quintero Goncalves
Todos los derechos reservados

Que 20 Años No Es Nada

Aniversario de bodas

El tango Volver dice:

“ Sentir que es un soplo la vida
Que 20 Años No Es Nada
que febril la mirada
errante en las sombras
te busca y te nombra”

El 23 de Junio mi esposo y yo celebramos 20 Años de haber jurado ante un altar que estaríamos juntos en las buenas y en las malas, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y la enfermedad.

Han sido 20 años de cambios infinitos, de cosas impredecibles, de angustias, de silencios, de remordimientos, de errores y de aciertos, pero también ha habido amor, constancia, tolerancia, momentos felices, esperanza y palabras de aliento.

Mi esposo es Portugués y yo Colombiana, dos culturas, dos libertades, que acordaron vivir bajo un mismo techo y caminar juntos hasta el adiós postrero.
  A pesar de la ilusión con que comenzamos, fue muy difícil en un comienzo; si estuviera sentada  frente a ti  diría  "los primeros 19 años",  a forma de chiste y nos estaríamos riendo.

 El asumir, los malentendidos, las esperanzas fallidas, las desilusiones, la falta de dialogo, casi que llevaron este matrimonio al traste.  Hubo un momento en que se habló de divorcio, pero la buena voluntad, la perseverancia, la paciencia y la oración nos encaminaron de nuevo por la senda que un día habíamos soñado, y el amor regresó a nuestro lar.

Hoy miro hacia atrás, y me pregunto ¿A qué horas pasaron 20 años?

Cuando miramos hacia adelante en el futuro, 20 años parece mucho tiempo, pero al mirar hacia atrás son inasibles; pero No es la cantidad de tiempo lo que cuenta, sino a donde  se a llegado, que lecciones valiosas que se aprendieron en el camino, ¿qué calidad de tiempo se comparte ahora?

La vida en pareja se me asemeja a aquellas piedras que el mar acarrea hacia la playa, todas son lisas, pero no siempre fueron así. Es el ir y venir y el permanecer juntas lo que ha ido limando las asperezas. Así mismo el mar de la vida, con el correr del tiempo nos va limando las aristas para que podamos encajar el uno con el otro y permanecer juntos.

Si nos damos tiempo a crecer juntos, llegamos de verdad a amarnos, a entendernos, hasta a  adivinarnos;  pues el enamoramiento, la ilusión del noviazgo sucumbe pronto ante  la rutina  y  ante la realidad  apestosa y poco romántica de  lavar la ropa sucia.

No obstante  si ponemos de nuestra parte y nos esforzamos por ver el esfuerzo que el otro también está haciendo;  si observamos el verdadero valor y el peso del grano de arena que nuestra pareja está aportando, si en vez de criticar ofrecemos apoyo, tolerancia, soluciones y una mano amiga;  si en vez de buscar control, caminamos uno al lado del otro como complemento y suplemento, el amor y la compresión de cierto se unirán a la empresa.

Y habrá entonces calor en el abrazo,
y febriles aún, las miradas se buscaran,
y es la misma pasión, pero diferente,
como el agua que sin perder el ímpetu del rápido,
sosegada y sin prisa se desliza en el remanso del rio.

Se respira entonces paz en el entorno,
es estable y fuerte el lazo que se ha construido,
tienes la libertad de atender tus cosas,
y compartirlas sin temor, con quien
un día elegiste para caminar el camino.

lunes, 7 de junio de 2010

La Renuncia

Hay cosas imposibles, que definitivamente no pudieron ser,
como aquellos amores antiguos que se nos quedaron rodando en el recuerdo
sin haberse materializado; o que tal vez por un momento,
llegaron a ser tangibles como burbujas
y al momento de tocarles se desvanecieron.

La renuncia es un desacuerdo con la esperanza;
es alejarse del puerto, escondiendo una lágrima,
la renuncia es silenciosa, dolorosa y cobarde,
lentamente se aleja con un pedazo de tu alma.


La Renuncia
Andrés Eloy Blanco
Acuarela, Libia A










 

He renunciado a ti. No era posible
Fueron vapores de la fantasía;
son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una proximidad de lejanía.

Yo me quedé mirando cómo el río se iba
poniendo encinta de la estrella...
hundí mis manos locas hacia ella
y supe que la estrella estaba arriba...

He renunciado a ti, serenamente,
como renuncia a Dios el delincuente;
he renunciado a ti como el mendigo
que no se deja ver del viejo amigo;

Como el que ve partir grandes navíos
como rumbo hacia imposibles y ansiados continentes;
como el perro que apaga sus amorosos bríos
cuando hay un perro grande que le enseña los dientes;

Como el marino que renuncia al puerto
y el buque errante que renuncia al faro
y como el ciego junto al libro abierto
y el niño pobre ante el juguete caro.

He renunciado a ti, como renuncia el loco
a la palabra que su boca pronuncia;
como esos granujillas otoñales,
con los ojos estáticos y las manos vacías,
que empañan su renuncia,
soplando los cristales en los escaparates de las confiterías...

He renunciado a ti, y a cada instante
renunciamos un poco de lo que antes quisimos
y al final !cuantas veces el anhelo menguante
pide un pedazo de lo que antes fuimos!

Yo voy hacia mi propio nivel. Ya estoy tranquilo.
Cuando renuncie a todo, seré mi propio dueño;
desbaratando encajes regresaré hasta el hilo.
La renuncia es el viaje de regreso del sueño...