Hombre el derecho de nacer vivo
se te fue
concedido por gracia,
sin
habértelo ganado o merecido..
Alguien se jugó por ti,
y te cobijó en su vientre.
Alguien decidió dejarte vivir.
Alguien te alimentó
y te exoneró de morir.
Alguien lloró con tu dolor,
y se extasió con tu sonrisa.
Ese ser que destruiste hoy,
esa vida que hoy cegaste,
fue concebida como la tuya con
amor, con esperanza, con fe y sacrificio.
La madre que hoy llora sobre
el cuerpo muerto de su hijo,
esperó por él, de igual manera
que tu madre lo hizo por ti, solo
para poder arrullar en sus brazos
sus propios sueños, su esperanza,
su descendencia; pero tú, inclemente,
y arrogante, le arrebatas sus sueños,
su felicidad, su esperanza
y
su razón de vivir.
Nada te hace diferente, o superior
a esos, tus llamados “ enemigos”.
y aunque te duela reconocerlo,
la verdad es siempre la misma,
del mismo barro que él, provienes.
La diferencia, sabes? la hace tu ceguera.
¿Cómo puedes ser tan ciego e ignorante?
no puedes encontrar a tu Dios
con tus manos manchadas de sangre.
Hombre, tú, el que vidas destruyes,
la muerte impune sembrada por tu mano
nunca jamás será sinónimo de libertad.
©Libia A. Quintero Usma
©Libia A. Quintero Usma
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