Flores Silvestres, Acuarela. |
Te quejas y te quejas,
y cada día encuentras un motivo para quejarte,
lo buscas con afán entre
el repertorio de cosas viejas.
Cuando no te quejas del
maltrato que recibiste cuando eras pequeño,
te quejas de tu situación
actual, de lo rutinario de tu trabajo,
del tráfico, del calor, del frio, del que está y del que no
está.
Siempre encuentras un
culpable para las cosas que te pasan
y las que dejan de
pasarte; un día son tus padres o tu pareja,
el hijo desobediente, el
amigo ingrato, o el perro o el gato.
¿No te das cuenta que
dejas de vivir la vida por concentrarte en tu queja?
Cultivar el encono, el
deseo de venganza y el remordimiento
te hace amarga la vida
y te vas quedando solo en tu lamento.
Cada día que amanece,
es una hoja en blanco en el libro de la vida,
tú decides que quieres escribir o pintar en él.
Pinta de colores hermosos tu paisaje, cielos
claros y prometedores horizontes,
pon sonrisas en los ojos soñadores, pinta gentes
de corazones alegres y dadivosos.
Dibuja manos pletóricas
de bondades y escribe y alcanza tus sueños más hermosos.
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